El plan del mandatario es tratar de resucitar en la memoria del electorado los años de gobierno de Dilma (2011-2016) y activar al público que se movilizó a favor del empeachment (proceso de destitución) contra ella en 2015, según publicó el diario Folha de Sao Paulo.
De cara a lograr su reelección en los comicios de octubre próximo Bolsonaro ya echó a andar la estrategia en declaraciones recientes cuando resaltó índices negativos registrados durante la administración de la exmandataria militante del PT, para defender datos adversos divulgados en su propio gobierno, agregó la fuente.
Con dicha acción, el jefe de Estado brasileño quiere evitar también que el partido rival transforme la campaña presidencial en una comparación de los ocho años de Lula en el poder (2003-2011) con la presente gestión.
La idea de Bolsonaro es reforzar que el periodo del PT en el poder no solo comprende los índices positivos del gobierno de Lula sino también la gestión de Dilma, y que la recesión iniciada en el mandato de ella tiene impacto hasta hoy, señaló el rotativo.
Precisó que según especialistas, el mandatario repetiría ahora la fórmula ya empleada en 2018 cuando tachó a sus adversarios de centro-derecha a izquierda de socialistas y comunistas.
En este contexto, prevén que las estocadas contra la expresidenta serán continuas pues Bolsonaro pretende además tercerizar la responsabilidad por la inflación en Brasil porque es uno de los principales obstáculos a enfrentar en su anhelo de reelección presidencial.
De otro lado, Lula es favorito según encuestas y sondeos para llegar a Planalto (sede del Ejecutivo) en las elecciones de octubre, posiblemente en primera vuelta.
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