De acuerdo con el comunicador sueco Dick Emanuelsson, la “versión 2022 de los golpistas” trajo al diputado Jorge Cálix, expulsado de las filas del Partido Libertad y Refundación (Libre), en un helicóptero para su juramentación como presidente del órgano legislativo.
A su juicio, los ciudadanos tienen experiencia en la lucha contra los “vendepatrias” y advirtió cómo la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa mediante un comunicado solicitó a la militancia de Libre evitar el uso de la violencia.
“Esta novela solo comienza y el pueblo, como siempre, tiene la última palabra”, alertó.
Desde el club Bosques de Zambrano en esta capital, 18 diputados de la organización izquierdista, calificados como traidores y disidentes, y organizaciones políticas de derecha, entre ellas el Partido Nacional y el Liberal, reconocieron a Cálix en el máximo puesto.
Mientras, los parlamentarios en apoyo al acuerdo suscrito entre la presidenta electa Xiomara Castro y el Partido Salvador de Honduras (PSH), juramentaron al frente del hemiciclo a Luis Redondo, votado por 96 constituyentes entre propietarios y suplentes.
La crisis política comenzó el viernes último en una sesión caracterizada por insultos y golpes, según reflejaron medios internacionales y locales, cuando Cálix resultó electo en desobediencia al pacto referido a la presidencia del Congreso Nacional por el PSH.
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