El fondo se utilizará para modernizar las infraestructuras de abastecimiento y las instalaciones de plantas de tratamiento de aguas residuales, precisó el Banco de Desarrollo de Ecuador (BDE), ente con el cual colaborará la institución financiera europea.
Según detalló el BDE, el capital también ayudará parcialmente a la construcción y rehabilitación de las redes de alcantarillado y de recogida de aguas pluviales en las zonas costeras, lo cual permitirá reducir el vertido de plásticos al Océano Pacífico.
Algunos de los proyectos contribuirán a la ejecución de la iniciativa Clean Oceans (Océanos Limpios) y la modernización conllevará a un considerable ahorro de energía, reducción de las pérdidas de agua de las redes y una mejora de los sistemas.
También será una inversión a largo plazo en la resiliencia del país ante pandemias como la Covid-19, al proporcionar acceso estable a agua potable no contaminada.
Según la información divulgada, el BEI y el BDE colaborarán además con la agencia de cooperación internacional alemana GIZ en el marco de la iniciativa Felicity, que contempla un servicio de preparación de proyectos para la realización de estudios de viabilidad y otras actividades en ciudades, así como con el fin de desarrollar las capacidades del BDE.
En concreto, las inversiones se centrarán sobre todo en la mejora de la calidad de los servicios que se se prestarán a los hogares sin conexión a las redes de abastecimiento de agua potable y de alcantarillado, lo cual podría beneficiar a unos 500 mil ecuatorianos.
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