Unas seis mil personas asistieron a la ceremonia de beatificación, presidida por el cardenal salvadoreño Gregorio Rosa Chávez, en la céntrica plaza Divino Salvador del Mundo.
En dicho lugar fue beatificado hace un lustro otra víctima de la violencia en El Salvador, monseñor Oscar Arnulfo Romero, canonizado en octubre de 2018.
Grande fue asesinado el 12 de marzo de 1977, al ser emboscado por la proscrita Guardia Nacional mientras viajaba junto a Solórzano y Lemus para oficiar una misa en El Paisnal: dicho crimen radicalizó a monseñor Romero.
Fray Spessotto, sacerdote italiano que llegó a El Salvador en 1950, fue asesinado el 14 de junio de 1980 mientras rezaba en la parroquia de San Juan Nonualco.
Ya en pleno conflicto armado (1980-1992) muchos religiosos fueron víctimas de los militares y los llamados escuadrones de la muerte, responsables de crímenes como la matanza de seis jesuítas y sus asistentes en la Universidad Centroamericana.
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