La urbe, meta además de la segunda etapa el venidero año, ya organizó el pistoletazo inicial de la carrera en 1962 y para el 2023 arrancará en agosto con un tramo contrarreloj por equipos.
En un acto celebrado en el Museo Olímpico, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, el concejal de deportes, David Escudé, y el director de la Vuelta, Javier Guillén, comunicaron el acuerdo para que la Ciudad Condal protagonice el segmento inicial de la tradicional prueba.
Guillén también avanzó que la segunda etapa en línea acabará en Barcelona, si bien los organizadores todavía deben definir su recorrido.
Aunque, el director de la Vuelta sí admitió que le gustaría que fuera «una llegada espectacular» y adelantó su preferencia para un final no de ciclistas especializados en la velocidad.
La Vuelta a España llegó por última vez a esta ciudad el 26 de agosto de 2012, como meta de la etapa entre Andorra y Barcelona en un trayecto de 196 kilómetros.
«Que la Vuelta empiece en Barcelona es para mí, además de una gran alegría, un sueño hecho realidad. Quiero agradecer a Joaquín Vilaplana, presidente de la Federación Catalana, y a Rubén Peris, presidente de la Volta, todo su entusiasmo y colaboración que han demostrado para que esto sea realidad», afirmó Guillén.
Por su parte, Collboni subrayó que acoger la salida oficial de la carrera ciclista representa un gran hito no solo por el interés deportivo y repercusión mediática -200 países la siguen por televisión-, sino también por lo que representa a nivel de promoción de la urbe.
«Como ciudad tenemos vocación de acoger acontecimientos deportivos y de todo tipo por lo que representa para nosotros y para que los ciudadanos de Barcelona vibren con ellos», aseveró.
«La caravana del Tour, con equipos técnicos, ciclistas y periodistas, cuenta con más de dos mil personas. Es la gran salida de la Vuelta, no solo estarán pernoctando una noche, estarán casi una semana», señaló en este sentido, Escudé.
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