Así dijo en un debate abierto del Consejo de Seguridad sobre este tema y recalcó también la necesidad de tomar medidas que reduzcan ese impacto en la población.
Según destacó el titular, el uso de armas explosivas en áreas urbanas es una opción que conlleva un alto riesgo de impacto indiscriminado.
En ese sentido, recordó los efectos de la guerra urbana en países como Afganistán, Yemen y Siria, donde infraestructura vital como hospitales y escuelas resultaron muy dañados
Guterres convocó a los países para que demuestren la voluntad política de investigar y enjuiciar los presuntos crímenes de guerra en la mayor medida posible.
“El aterrador costo humano de hacer la guerra en las ciudades no es inevitable; es una elección”, aseveró el máximo representante de Naciones Unidas.
Muchas víctimas de esos conflictos sufren discapacidades de por vida y traumas psicológicos graves, además de que la infraestructura de los servicios básicos resulta dañada, afectando la salud y bienestar de la población, apuntó.
El secretario general señaló que actualmente unos 50 millones de personas padecen de alguna forma los conflictos en zonas urbanas y destacó que las partes enfrentadas no se ocupan de distinguir civiles de combatientes y lanzan ataques indiscriminados cuyas principales víctimas son personas inocentes.
Asimismo, el diplomático portugués insistió en que urge respetar el derecho internacional humanitario, pero que la mejor solución a este problema es que no haya guerras en zonas urbanas ni en ninguna otra.
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