Este llamado fue planteado durante una reunión de emergencia en la sede de la Cancillería y a la que fueron convocados representes de todas las organizaciones que operan en Siria para informarles sobre la crítica situación humanitaria en Hasakeh.
En una nota de prensa, el Ministerio atribuyó la emergente situación a las acciones del grupo terrorista Daesh y los bombardeos de las fuerzas estadounidenses y su milicia Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) que dejaron enorme devastación en viviendas e infraestructuras y el desplazamiento de miles de familias hacia zonas bajo control gubernamental.
En este sentido, el Departamento de Asuntos Sociales en la provincia de Hasakeh anunció que tres mil 500 familias abandonaron sus hogares y acudieron a los seis centros de alojamiento establecidos por el gobierno a través de los corredores establecidos por el ejército sirio.
La víspera, los bombardeos dejaron destruidas varias viviendas, un centro universitario y partes de las instalaciones de la empresa de cereales.
El Daesh atacó el jueves último con dos camiones bombas conducidos por suicidas las entradas de la prisión Al-Sinaa, y luego decenas de extremistas irrumpieron en el centro, lo cual generó una situación de caos.
El gobernador de Hasakeh, la provincia donde ocurren estos hechos, aseguró que el ataque de Daesh es orquestado por Estados Unidos que intenta reciclar a esa entidad terrorista para justificar la continuación de la presencia ilegal de sus fuerzas.
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