Desde 2011, Siria enfrenta graves desafíos que dejaron catastróficas repercusiones sobre los derechos humanos, dijo al Jaafari ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Las mismas, agregó, se exacerbaron por la imposición de medidas coercitivas unilaterales por parte de los países occidentales, encabezados por Estados Unidos y la Unión Europea,
Denunció que estas medidas fueron recrudecidas en medio de la pandemia de Covid-19 y se convirtieron en verdadero terrorismo económico que atenta contra el derecho del ciudadano a la vida, salud, educación y el desarrollo.
Explicó los esfuerzos, programas y planes nacionales hechos por Damasco para mejorar la protección de los derechos humanos a pesar de las difíciles circunstancias que sigue atravesando el país a consecuencia de la guerra, el bloqueo, la ocupación extranjera y el saqueo de sus riquezas naturales.
Hemos formado un comité para documentar violaciones de derechos humanos y ya suman 20 los decretos de amnistía promulgados, mientras se emitieron varias leyes destinadas a facilitar el regreso de los refugiados a sus hogares, aclaró el vicecanciller.
Añadió que se aprobó una nueva Ley de Estado Civil y la Ley de Derechos del Niño, y se concedieron permisos para crear nuevos partidos para potenciar el pluralismo político.
El país cuenta actualmente con 11 partidos, añádele los 10 partidos que conforman el Frente Nacional Progresista, precisó.
Asimismo, destacó que Siria cooperó con organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y aprobó que unas 44 ONG internacionales humanitarias trabajaran en su territorio.
Todo ello con el objetivo de apoyar los esfuerzos del Estado para contribuir a mitigar los efectos negativos de la crisis y las medidas coercitivas unilaterales y satisfacer las necesidades básicas de los sirios, especialmente los grupos más vulnerables, concluyó.
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