“Hoy tenemos la inmensa alegría de poner en marcha la segunda etapa de la mejoría de las pensiones, a través de la creación de la Pensión Garantizada Universal, que se empezará a pagar a partir del próximo mes de febrero”, dijo el presidente de Chile, Sebastián Piñera.
Agregó que esto “mejorará las pensiones de más de 2,5 millones de personas mayores de 65 años, estén pensionados o estén trabajando, pero muy especialmente las pensiones de las mujeres y la clase media”.
El beneficio agregará hasta 185 mil pesos mensuales (unos 230 dólares) al ahorro individual para la jubilación.
Este subsidio, que todavía deberá ser promulgado, tendrá un costo fiscal del 0,98 por ciento del Producto Interno Bruto.
De estos dos tercios provendrán de la eliminación de exenciones tributarias, y un tercio del presupuesto contemplado inicialmente para el proyecto de reforma del sistema de pensiones, comunicó el Ministerio de Hacienda.
El monto llegará directamente al ciudadano sin pasar por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), las entidades privadas que normalmente gestionan este capital.
La demanda por mejorar las pensiones que entregan las poderosas AFP fue uno de los objetivos de las protestas sociales ocurridas a finales de 2019 en la nación sudamericana.
De acuerdo con el Senado el financiamiento se logrará en gran parte a través de la eliminación de exenciones en el mercado de capitales e inmobiliario, con medidas como gravar el mayor valor obtenido en la enajenación en bolsa de determinados instrumentos o eliminar el crédito especial a las empresas constructoras.
También se erradicarán beneficios a ciertas viviendas adquiridas antes de 2010 y se aplicarán impuestos a algunos servicios, herencias y donaciones, así como a los obtenidos gracias a contratos de seguros de vida firmados a contar de la publicación de la ley.
Por otra parte se creará una nueva tasa sobre bienes de lujo y habrá una modificación al otorgamiento de patentes mineras, detalló el Ministerio de Hacienda.
acl/lpn
