De forma sencilla, pero emotiva, cada iniciativa devino en ocasión propicia para resaltar el legado y el pensamiento del más universal de los cubanos, así como reafirmar los compromisos con el país.
En Beijing el acto reunió a los antillanos frente a un busto de su Héroe Nacional, ubicado en los exteriores de la embajada y esculpido en bronce por el artista Yuan Xikun en 2004.
En el discurso por la efemérides, la funcionaria Claudia Martínez destacó que esta fecha se erige cada año como un motivo para que muchos le dediquen un espacio de tiempo a rememorar su gigantesca obra como literato, político y líder.
“Sus méritos sobrepasan nuestras fronteras nacionales, pues su proyecto revolucionario carecía de egoísmos y fútiles vanidades. Sus ideas en torno a la unidad de América Latina –aquella que se extiende desde el río Bravo hasta la Patagonia- y a la incuestionable conexión entre los países de nuestra región, son pruebas de su clarividencia”, acotó.
Enfatizó en la plena vigencia del pensamiento de Martí en la actualidad, cuando la Revolución de la isla enfrenta adversidades, amenazas y pretensiones de ver un colapso del sistema político allí.
Mientras, en Guangzhou el tributo incluyó la declamación de un poema escrito por un funcionario y las palabras de una niña cubana sobre el nutrido quehacer del Apóstol.
Como es tradición la actividad de Shanghái tuvo lugar en un parque del distrito de Jing’an y a los diplomáticos de la isla se unieron autoridades de la municipalidad, colegas de las misiones latinoamericanas, compatriotas y el creador del busto de Martí ubicado allí, Yan Youren.
Esa obra, fundida en bronce y develada en 2014, se le considera otra muestra de los tradicionales e históricos lazos de cooperación entre los dos países socialistas.
acl/ymr