Según la Procuraduría General, los reclusos tenían un centro que daba acceso a un sistema de conexión inalámbrica (wifi), el cual era alimentado por una línea de fibra óptica extendida desde un punto ubicado en la localidad Sabana Perdida.
La información precisó que los privados de libertad tenían también su propio sistema de monitoreo en la prisión, formado por 89 cámaras de vigilancias instaladas en diferentes puntos del penal.
Junto con las cámaras fueron ocupados un servidor, un repetidor de wifi, 96 routers y 29 switches, dio a conocer el titular de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales, Roberto Hernández.
Asimismo, las autoridades señalaron que decomisaron 508 teléfonos móviles, 107 cargadores, 96 auriculares, una laptop, dos tabletas, nueve reproductores de DVD, 35 playstation, 10 controles de distintos aparatos, ocho inversores y 173 bocinas.
Además, incautaron drogas, armas blancas, 71 neveras, 11 microondas, 35 licuadoras, 24 tostadoras, siete cocinas eléctricas, tres hornos y cuatro balanzas.
Hernández dijo que la Inspectoría de la Policía Nacional lleva a cabo una investigación del personal de esa penitenciaría y de otros detalles, con el objetivo de continuar tomando medidas para lograr esa cárcel deje de ser una “vergüenza” para este país.
La Victoria aloja a siete mil privados de libertad, lo que representa un tercio de la población penitenciaria total de esta nación, la cual asciende a 27 mil 146 personas.
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