El primer ministro Jean Castex presentó un decreto con la medida durante una reunión con su equipo, debido al elevado número de contagios detectados en el archipiélago del Pacífico Sur.
Bajo el efecto de la variante Ómicron del coronavirus SARS-CoV-2, la circulación de la Covid-19 aumentó considerablemente”, declaró el portavoz del Ejecutivo, Gabriel Attal. El territorio, con una población de 270 mil habitantes, se vio afectado desde enero por una segunda oleada de la pandemia, alcanzando una tasa de incidencia de mil 468 casos diarios por cada 100 mil habitantes, lo que supone un aumento del 40 por ciento en una semana.
El portavoz recordó que la cobertura de vacunación es menor en Nueva Caledonia que en Francia y añadió que “los riesgos de desarrollar formas graves de la enfermedad aumentan mucho y pueden llevar rápidamente a la saturación de los centros hospitalarios del territorio”.
Attal consideró que “la actual ola de Covid-19 constituye una catástrofe sanitaria que, por su naturaleza y gravedad, pone en peligro la salud de la población, justificando la declaración del estado de emergencia sanitaria”, dijo.
Este decreto “permitirá al Alto Comisionado de la República tomar medidas para prohibir los desplazamientos fuera del domicilio”, señaló el portavoz, asegurando que estas medidas serían “estrictamente proporcionadas a los riesgos sanitarios incurridos y adecuadas a las circunstancias de tiempo y lugar”.
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