De acuerdo a los resultados ofrecidos, un 68 por ciento de los encuestados está interesado en la campaña presidencial y un 62 considera “problemático” que Macron no participe en un intercambio televisado con el resto de los candidatos antes de la primera ronda de votación.
Ese porcentaje es más alto entre los electores de izquierda (Francia Insumisa con 81 por ciento y el Partido Socialista con 83), que entre los de derecha (Los Republicanos, 67) y extrema derecha (67), mientras que solo la mitad de los seguidores del gubernamental La República en Marcha (LREM) ve cuestionable que el principal aspirante se abstenga de presentar su programa en público.
Sobre esa posibilidad, el portavoz del Ejecutivo francés, Gabriel Attal, se mostró escéptico ante un debate con 12 candidatos en el que “el Presidente solo tendría 10 minutos para responderles”, lo que valió para que sus dos principales rivales, Marine Le Pen y Valérie Pécresse, indicaran que tampoco ellas participarían en caso que el mandatario saliente no lo hiciera.
Otra cuestión planteada por la encuesta fue el hecho de que hasta el momento Macron aún no haya formalizado su candidatura presidencial, aunque para la mitad de los entrevistados y para el 96 por ciento de los seguidores de LREM debería hacerlo cuanto antes.
En una entrevista concedida a un medio regional, Macron negó la hipótesis de una candidatura inminente, alegando la actualidad internacional y la situación de la pandemia de Covid-19, dejando la puerta abierta a realizarla más adelante.
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