El método que combina la microscopía óptica y electrónica con la espectroscopia de rayos X de energía dispersiva tiene una precisión de hasta el 98 por ciento.
Natalia Malygina, investigadora principal del Instituto de Problemas Ambientales y del Agua de la Rama Siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia, significó el peligro de estas partículas que están en todas partes y subrayó la necesidad de reducir la cantidad de plástico en la naturaleza.
La científica advirtió que, según los estudios realizados en todo el mundo, hay microplásticos incluso en el Himalaya, a una altitud de más de ocho mil metros.
Manifestó que aunque no se han estudiado de forma completa los daños que provoca, ya se conoce con certeza que las micropartículas de plástico pueden contener metales pesados y toxinas que contaminan todos los entornos, incluido el cuerpo humano.
Según los investigadores, el objetivo es utilizar la nueva tecnología tanto para controlar las concentraciones de plástico en el medioambiente, como para rastrear su origen.
Por otro lado, el registro de los datos sobre la distribución del plástico en la naturaleza servirá también para planificar la ubicación de zonas residenciales e industriales en una localidad.
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