El programa, que beneficia a los más de seis mil habitantes de la comunidad de Punta Alegre, tiene su fundamento en la búsqueda de soluciones naturales para la adaptación al cambio climático, señaló María del Carmen Olivera, coordinadora de la tarea en Ciego de Ávila.
Manifestó que a pesar del escenario epidemiológico en la provincia, debido a la Covid-19, continúan con la siembra del arbusto costero y otras plantas autóctonas por constituir refugio para numerosas especies, teniendo en cuenta que la principal fuente de empleo de la zona es la pesca.
Explicó que entre los propósitos de la iniciativa está fortalecer e integrar la reducción del riesgo de desastres a nivel local y acomodar al cambio climático los planes de desarrollo socio-económicos de sectores y el gobierno en esos pequeños grupos poblacionales.
Agregó que el plan también incluye la capacitación de la población con soluciones responsables en la colectividad, para hacer frente a las adversidades climáticas.
Financiado por la Alianza Global para el Cambio Climático de la Unión Europea, e implementado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, dicha estrategia prevé, además, el resguardo y manejo integral del agua, recurso fundamental en los litorales, apuntó.
Destacó que entre los efectos negativos más visibles del cambio climático está la elevación del nivel medio del mar, con el retroceso de las líneas de costas, lo que provoca inundaciones y la destrucción del patrimonio natural y constructivo en áreas costeras.
La recuperación de los manglares permitirá crear una barrera natural de contención que disipará la energía marina ante eventos meteorológicos extremos, evitará la erosión costanera, disminuirá la salinización de los suelos y asegurará la protección de numerosas especies de animales, puntualizó la especialista.
Rectorado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, el esquema prevé diseñar planes de recuperación de los servicios de protección de los humedales ribereños con enfoque de manglares, herbazal y bosque de ciénaga en el área de intervención.
Destacó que trabajan en conjunto con la Universidad Máximo Gómez para la producción y el manejo de microorganismos eficientes, con instituciones incluidas en el plan del Estado denominado Tarea Vida y el Programa de Soberanía Alimentaria y Educación Nutricional.
El proyecto de resiliencia costera beneficiará en Cuba a más de 600 mil personas, residentes en las comunidades Punta Brava, en Villa Clara, Playa Victoria, en Sancti Spíritus, Punta Alegre, en Ciego de Ávila y Santa Rita, en Camagüey.
El Consejo Popular, integrado por los poblados de Máximo Gómez y Punta Alegre, está situado en la parte norte de la provincia avileña, una zona muy vulnerable a los fenómenos hidrometeorológicos, principalmente, los huracanes.
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