Así lo convinieron el embajador etíope aquí, Yibeltal Aemero, y el ministro interino de Asuntos Exteriores sudanés, Ali Al-saddiq, durante un encuentro en el cual intercambiaron las intenciones de sus gobiernos, convergentes en muchos aspectos.
Según una comunicación oficial, en la reunión Aemero subrayó la necesidad de que ambos países debatan y resuelvan sus diferencias respecto a la Gran Presa del Renacimiento Etíope y el denominado Triángulo de Fashaga, la más compleja de todas las áreas de la frontera común.
Asimismo, solicitó la reapertura del paso fronterizo Metema-Galabat para el movimiento de ciudadanos y el levantamiento de las tarifas a los etíopes que buscan regresar a casa, anunciadas recientemente por la oficina de inmigración sudanesa.
Por su parte, Al-saddiq calificó de históricas y especiales las relaciones entre los gobiernos y pueblos de las dos naciones e instó a emprender acciones afines en diversas áreas estratégicas.
También aseguró que serán analizados los detalles pertinentes con el propósito de reanudar pronto el tránsito de las personas por Metema-Galabat y resolver el asunto del costo de las visas de salida de los etíopes.
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