Dirigidos por Michael Bartlett, profesor asistente de ingeniería mecánica, los implicados conformaron la aeronave con caucho, metal así como temperatura para transformar materiales y fijarlos en su lugar sin motores ni poleas, precisó el artículo.
“Uno de los desafíos fue crear un compuesto que fuera lo suficientemente suave para cambiar drásticamente de forma, pero lo suficientemente rígido para elaborar máquinas adaptables que pudieran realizar diferentes funciones”, explicó el líder del proyecto.
Los investigadores descubrieron que un diseño inspirado en la técnica milenaria surgida en China del kirigami podía crear formas complejas, desde cilindros hasta bolas, e incluso las partes irregulares inferiores de un pimiento.
Bartlett, junto a estudiantes graduados de la alta casa de estudios también conocida como Virginia Tech, advirtieron que las aplicaciones de esta tecnología apenas comienzan a desarrollarse.
Los científicos además crearon un pequeño submarino desplegable, al utilizar la transformación y el retorno del material para recuperar objetos de un acuario raspando el vientre del submarino a lo largo del fondo.
“Estamos entusiasmados con las oportunidades que presenta este compuesto para los robots multifuncionales”, afirmó el coautor Edward J. Barrones.
Es lo suficientemente fuerte como para resistir las fuerzas de los motores o los sistemas de propulsión, pero puede transformarse fácilmente, lo que permite que las máquinas se adapten a su entorno, argumentó.
Los compuestos cambiantes desempeñarán un papel en el campo emergente de la robótica blanda para crear máquinas que puedan realizar diversas funciones, estimular diferentes ideas en interfaces hombre-máquina y dispositivos portátiles, previó el texto.
Expertos comentaron que la naturaleza es rica en organismos que se transforman para realizar diferentes funciones, los humanos flexionan los músculos para soportar cargas y mantenerse, mientras las plantas se mueven con el fin de capturar la luz del sol durante todo el día.
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