En 2020 el volumen de pasajeros se redujo en un 70 por ciento en los aeropuertos del país, y sin contar aún con los datos definitivos del pasado año Juin adelantó una ligera mejoría, pero todavía entre un 60 y un 65 por ciento por debajo del nivel de referencia previo a la crisis sanitaria.
En su opinión la recuperación completa no ocurrirá antes de 2024, y ello gracias a la entrada en vigor del pasaporte sanitario europeo, elemento “clave” al permitir “una verdadera coordinación de los Estados dentro de la Unión Europea”, dijo.
Un salto importante debería tener lugar en 2022, alcanzando un 70 por ciento del tráfico consignado en 2019, con una vuelta a la normalidad más rápida en el mercado nacional y europeo que en el internacional, señaló.
Entre los aspectos que podrían contribuir a la recuperación de la actividad Juin abogó por la “eliminación de las restricciones sanitarias para los pasajeros de países no pertenecientes a la UE, al menos para los pasajeros vacunados”, simplificando los protocolos para permitir bajo ciertas condiciones funcionar con la epidemia.
Además también advirtió del incremento de costes que puede suponer la nueva tasa aeroportuaria que el gobierno francés pretende establecer con el fin de financiar el coste de las instalaciones y los gastos de seguridad de los aeropuertos franceses en tiempo de crisis sanitaria.
En un momento en que muchas empresas que gestionan aeropuertos tienen graves problemas financieros para abordar los costes de funcionamiento, y teniendo en cuenta que en los próximos años deberán realizar fuertes inversiones para alcanzar la neutralidad en carbono, Juin consideró imprescindible un debate para encontrar recursos y llevar a cabo estos cambios.
mem/acm