Todos los sondeos coinciden en otorgar al jefe del Estado un 25 o un 26 por ciento de las intenciones de voto en los comicios del 10 de abril, que lo situarían sin problemas en la segunda ronda, prevista dos semanas después, lo cual centra la atención en quién sería su rival, y no tanto en el hecho de que Macron siga sin confirmar su candidatura.
Hace unas semanas, la conservadora Valérie Pécresse parecía en buena posición para lograr el boleto, pero expertos ven enquistada su campaña y a muchos, tal vez muchísimos, no les gustó su presentación en la reunión del 13 de febrero en el estadio Zénith Paris.
Las críticas no solo la atacan por su sobre-actuación desde el podio, también por “copiar” posturas de la extrema derecha, en particular por revivir la teoría conspirativa de “El gran reemplazo”, que menciona una supuesta sustitución de la población blanca cristiana por árabes y levantinos, en una clara embestida contra los inmigrantes.
En este contexto, su proyecto por “Una nueva Francia” no ha relanzado sus posibilidades, y el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) sitúa hoy a Pécresse por primera vez en el cuarto puesto de cara a las presidenciales, con un 15 por ciento de intenciones de voto, por detrás del favorito Macron y de los ultraderechistas Marine Le Pen (16,5) y Éric Zemmour (16).
Le Pen, quien perdió con al actual presidente en la segunda vuelta hace cinco años, también vive momentos complicados, sobre todo por las deserciones de su campo al de Zemmour, la más reciente de ellas la del eurodiputado Nicolas Bay.
Es precisamente el polemista el que pasa por tiempos de gracia, pese al rechazo que generan en la sociedad francesa sus comentarios anti-inmigrantes y su pasado varias veces marcado por acusaciones de racista.
Zemmour ha pasado en pocas semanas del cuarto lugar en las encuestas a disputar el segundo, con una progresión de un 10 por ciento de apoyo a un 15 o un 16, panorama ratificado por la pesquisa divulgada ayer de OpinionWay para los medios Les Echos y Radio Classique, en la cual la conservadora y los dos ultraderechistas recibieron un 15 por ciento.
Si bien los estudios de opinión otorgan también una ventaja de 10 puntos a Macron en el balotaje, sea quien sea su contrario en las urnas, los entendidos coinciden en señalar que si su rival es un representante de la extrema derecha, las posibilidades del mandatario de continuar en el Palacio del Elíseo crecerían aún más.
En las elecciones del 2017, los franceses formaron el llamado “frente republicano” para impedir la llegada al poder de la ultraderecha, concretamente de Le Pen, un escenario que pudiera repetirse en abril, aunque con menor cohesión.
Entonces, el líder de La República en Marcha aplastó a Le Pen en la segunda ronda, con el 66 por ciento de los votos.
Para los ultraderechistas la principal desventaja ahora mismo respecto a Pécresse es el tema de los apadrinamientos políticos, un requisito indispensable en Francia para validar la candidatura desde 1962, cuando el general Charles de Gaulle lo implementó para evitar que en la carrera por la presidencia participen personas sin estar a la altura del cargo.
Pécresse ya superó hace rato los 500 patrocinios requeridos, y acumula mil 945, mientras Le Pen suma 366 y Zemmour 291, en un proceso que cerrará el 4 de marzo, con la participación de 42 mil alcaldes, concejales municipales y parlamentarios.
En las filas de la izquierda, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, continúa como el mejor ubicado, en el quinto puesto con un 11 por ciento de intenciones de voto, tanto en el estudio del IFOP como en el de OpinionWay, mientras el candidato comunista Fabien Roussel presenta entre un tres y un cinco por ciento.
Ambos políticos han mejorado en las últimas semanas, y habrá que ver qué sucede en su carrera contra el tiempo de cara a los sufragios del 10 de abril.
El apoyo dado esta semana a Mélenchon por la candidata socialista en las presidenciales del 2007, Ségolène Royal, pudiera constituir un anuncio interesante, sobre todo por lo mal que le va en los sondeos a la alcaldesa socialista de París, Anne Hidalgo, a quien apenas otorgan hasta un tres por ciento.
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