La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) precisó en un comunicado que la mayoría de ellos viven en los barrios jerosolimitanos de Sheikh Jarrah y Silwan.
Como ejemplo citó el caso de la familia Salem, integrada por 12 miembros, seis de ellos niños, que deberán abandonar el próximo mes su hogar de siete décadas por una orden de las fuerzas de ocupación.
El anuncio del desalojo programado aumentó la tensión en ese barrio de Jerusalén, con enfrentamientos entre residentes palestinos y colonos israelíes, respaldados por las fuerzas de seguridad de ese país, resaltó OCHA.
La institución reportó que esos choques provocaron daños a la propiedad, múltiples heridos y arrestos.
La propia familia Salem y sus vecinos fueron objeto de ataques con gas pimienta y piedras, alertó.
OCHA recordó que la ONU pidió “repetidamente que se detengan los desalojos forzosos y las demoliciones en Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Este”.
Asimismo, criticó los traslados forzosos de personas por parte de la potencia ocupante al recordar que las normas internacionales lo prohíben.
Sheikh Jarrah ganó notoriedad internacional por las masivas manifestaciones del pasado año, cuando los tribunales israelíes reanudaron las órdenes de confiscación de viviendas de cuatro familias que residen allí desde hace generaciones.
La batalla legal y política en torno al caso devino símbolo sobre el futuro de esa parte de la ciudad, que los palestinos reclaman como la capital de su futuro Estado, una postura apoyada por la mayoría de los países.
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