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Trece “Césares” contra Cuba (Parte I) (+Fotos)

New Haven, Estados Unidos (Prensa Latina) Si el gran Cayo Suetonio Tranquilo viviera estaría asombrado, un pequeño país resiste la mayor agresión económica, comercial y financiera de la historia por parte del más poderoso imperio que el mundo haya conocido.

Por José R. Oro, ingeniero cubano residente en EEUU y vicepresidente de NEMO, movimiento mundial que lucha contra el bloqueo.

No por haber sido rechazada por el pueblo cubano y la opinión pública mundial, hay que minimizar la envergadura de esta salvaje embestida, la cual le ha costado a Cuba más de 10 años de su Producto Interno Bruto, y causado también un enorme y muchas veces intangible dolor a las familias.

Además cualquier cantidad de intentos de golpes tanto blandos como duros, sabotajes y otras acciones hostiles se han perpetrado para tratar de destruir la Revolución cubana desde fuera y desde dentro, sin lograr su tenebroso cometido.

Los Estados Unidos de América desde su fundación hasta la fecha han tenido 45 presidentes en 46 presidencias, y los últimos 13 mandatarios intentaron revertir a Cuba a la era neocolonial.

Es decir, que de todos los presidentes de los Estados Unidos desde el primero (1789-1797), el insigne George Washington, hasta la fecha, el 29 por ciento se mellaron los dientes contra las rocas de la isla obstinada y batalladora.

No es una banal analogía llamarlos “los trece Césares”; los gobiernos de la ciudad del Potomac y sus presidentes actúan de la manera con que procedieran los emperadores de la metrópoli del Tíber en el pasado, sus generales y embajadores como “cónsules” y “procónsules”. Pero con Cuba no pudieron, ni podrán.

Recientemente se cumplieron 60 años de la orden ejecutiva del presidente John F. Kennedy que impuso de manera oficial «un embargo a todo el comercio con Cuba», algo que era solo la implementación “legalista” de un bloqueo ya existente de hecho desde tiempo atrás.

El concepto inicial de la presión económica de Estados Unidos era crear «dificultades» y «desencanto» entre la población cubana y negar «dinero y suministros a Cuba, disminuir los salarios monetarios y reales, “provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno».

Tal dice el infame memorándum de Lester D. Mallory, bien conocido y notorio, pero que es de mencionar siempre. A pesar de lo cual, un estudio de la CIA sobre el embargo, escrito 20 años después de su imposición, ya concluyó entonces que las sanciones «no han cumplido ninguno de sus objetivos».

Lo mismo dijo el expresidente Barack Obama el 17 de diciembre del 2014. Pero sigue en vigor, causando mayor dolor al ser cada vez más brutal y pernicioso.

Aproximadamente cuatro de cada cinco cubanos no habían nacido aún (pero sufren sus consecuencias), cuando este decreto de exterminio fuera firmado por el segundo de los Césares del Potomac.

En esta relación se pretenden registrar los orígenes y la evolución de las sanciones económicas punitivas contra la Revolución cubana de 1959 y su pueblo hasta nuestros días. Aquí va la sucesión de los “Trece Césares” y sus acciones anticubanas:

I. Dwight D. Eisenhower (Enero 20, 1953 – Enero 20, 1961).

El presidente Dwight D. Eisenhower desde 1959-1960 impuso las primeras sanciones económicas contra el gobierno revolucionario de Cuba, aunque no alcanzaron un “embargo” o bloqueo total.

Cuando en 1960 el Comandante en Jefe Fidel Castro nacionalizó las compañías petroleras norteamericanas y británicas por negarse a refinar el petróleo soviético, Eisenhower tomó represalias cortando las ventas de azúcar cubanas a los Estados Unidos, que comprendían alrededor del 80 por ciento de las exportaciones de ese rubro de Cuba.

Luego Fidel Castro nacionalizó la mayoría de las empresas estadounidenses en la isla, y Eisenhower prohibió todas las exportaciones norteamericanas a Cuba, excepto alimentos y medicinas.

Estas sanciones fueron parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para derrocar a Fidel, incluido el apoyo a sus oponentes internos y los preparativos para una invasión a Cuba, usando cubanos exilados en los Estados Unidos, organizados, entrenados, armados y pagados por la CIA.

En el primer año de su presidencia, amenazó con usar armas nucleares en el esfuerzo por poner fin a la guerra de Corea. Ordenó y ejecutó golpes de Estado en Irán y Guatemala.

El Congreso aprobó su solicitud de 1955 para la “Resolución de Formosa”, de apoyo militar al gobierno títere de Taiwán y para tratar de mantener el aislamiento de la República Popular China. Eisenhower no pudo con Cuba.

II. John Fitzgerald Kennedy (Enero 20, 1961 – Noviembre 22, 1963).

Después del fracaso de la invasión de Playa Girón, aplastada por el pueblo cubano en abril de 1961, y de la Crisis de Octubre cuando la humanidad se vio al borde de una guerra nuclear, el presidente John F. Kennedy utilizó la autoridad de la Ley de Asistencia Extranjera para imponer un embargo completo a todo el comercio con Cuba.

Al año siguiente, bajo la autoridad de la Ley de Comercio con el Enemigo, amplió el embargo para cubrir todas las transacciones financieras a menos que el Secretario del Tesoro lo autorizara. El Departamento del Tesoro desarrolló el Reglamento de Control de Activos cubanos (CACR) para catalogar qué transacciones estaban permitidas.

Las sanciones de Kennedy, al igual que las de Eisenhower, eran parte de un programa más amplio dirigido al cambio de régimen que incluía sabotaje y ataques paramilitares lanzados desde los Estados Unidos, para restituir a Cuba a su previo estatus neocolonial.

Firmó la Proclama (o Acción Ejecutiva) 3447, que oficializó el bloqueo contra Cuba el 3 de febrero de 1962. Murió asesinado el 22 de noviembre de 1963 en Dallas, Texas, en el marco de una extensa conspiración donde exiliados cubanos participaron tanto directa como indirectamente.

III. Lyndon B. Johnson (Noviembre 22, 1963 – Enero 20, 1969).

La política de «negación económica» del presidente Lyndon Johnson se centró en hacer que el bloqueo fuera multilateral.

Estados Unidos sobornó y estimuló por otras vías a miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA, conocida como “el ministerio de Colonias de EEUU”) para que se unieran al bloqueo que cortaba las relaciones diplomáticas y económicas con la isla. Sólo México se negó.

Johnson también prohibió la venta de alimentos a la isla, a la que John F. Kennedy había eximido del “embargo”, y rechazó el argumento del fiscal general Robert F. Kennedy de que los viajes deberían estar exentos porque prohibirlos era antiestadounidense.

La operación de la CIA, con la participación directa de terroristas de origen cubano para destruir la guerrilla de Bolivia y asesinar al Guerrillero Heroico Ernesto Che Guevara, ocurrió durante su mandato.

IV. Richard M. Nixon (Enero 20, 1969 – Agosto 9, 1974)

Richard Nixon cuidó de la aplicación estricta del bloqueo. Además fomentó y/o permitió innumerables agresiones de todo tipo contra Cuba:

Lanchas piratas, numerosas y sangrientas provocaciones en los límites de la ilegalmente ocupada base naval de Guantánamo, atentados terroristas contra instalaciones diplomáticas y otras entidades cubanas en el exterior.

Engendró junto a su no menos inescrupuloso asesor y secretario de Estado Henry Kissinger el golpe de Estado en Chile, en otros países de la región y dio apoyo de todo tipo a acciones de extrema brutalidad como el Plan Condor.

Estrechamente relacionado con los círculos cubanos más reaccionarios y terroristas, varias personas de origen cubano participaron en el acto criminal conocido como Escándalo Watergate, que finalmente forzó su renuncia.

V. Gerald R. Ford Jr. (Agosto 9, 1974 – Enero 20, 1977)

Durante el gobierno anodino de Gerald R. Ford Jr., la política exterior de los Estados Unidos dependió por completo de Henry Kissinger.

Ante la creciente resistencia por parte de un grupo de países en la OEA, Washington escogió no enfrentarse a la mayoría de los miembros que votaron para poder limitar las sanciones obligatorias contra Cuba, lo que llevó a varios Estados a restablecer relaciones con La Habana.

La votación de Estados Unidos fue parte del esfuerzo fallido del secretario de Estado Henry Kissinger para tratar de “normalizar” de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.

Washington levantó algunas limitaciones para el comercio entre Cuba y subsidiarias de las empresas norteamericanas que operaban en terceros países, y parcialmente la prohibición de que los buques que comerciaban con la isla atracaran en los Estados Unidos.

En el mandato de Ford se produjo uno de los más terribles y criminales atentados contra Cuba, la voladura terrorista del vuelo 455 de Cubana de Aviación en Barbados. Tampoco este mandatario pudo penetrar ni debilitar a Cuba.

(Continúa)

arb/jro

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