En su conferencia de prensa matutina en el Palacio Nacional, el mandatario dijo que ninguna de esas personas demanda la libertad de escribir simplemente porque la practican, ni pueden afirmar que los tienen presos porque ninguno lo está.
Por otra parte, se refirió al caso de María Amparo Casals, «quien le cubre la espalda a Claudio X González al figurar públicamente como cabeza de la organización opositora Mexicanos contra la corrupción, financiada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), y va a la embajada de ese país a informar y a cobrar».
Entonces se puede comprender que ahora siga con esa postura o que esté en el grupo que recibe dinero del gobierno norteamericano como González.
Lamentó que Washington no cambie su política exterior, la misma de hace dos siglos.
En verdad, eso da vergüenza ajena, aseveró.
También habló sobre el «caso vergonzoso del senador de Texas Ted Cruz, tan repudiado y desacreditado, quien es amigo del dueño del diario Reforma, el cual ataca al Gobierno mexicano y de otros países que no les agradan».
A los ciudadanos estadounidenses les pido que cuestionen a Cruz, quien está auspiciando la discordia. Este individuo quiere seguir como senador o gobernador o presidente del país. Imagínense un candidato a cualquier cargo que interfiere en los asuntos internos de otras naciones, indicó.
Advirtió a los mexicanos que viven en Estados Unidos que no se debe confiar en Cruz «porque es eso mercenario».
Calificó esa situación de una guerra híbrida, una especie de estrategia mediática que aplican en todo el mundo donde hay dirigentes que defienden los intereses del pueblo, siempre tratando de disminuirlos.
Para eso son las campañas de mentiras que se repiten para tratar de convertirlas en verdad o al menos confundir a la gente, afirmó.
Dijo que esos conservadores no solo son corruptos, sino también de pensamiento retrógrado y dogmáticos.
Por eso, afirmó, dedicamos mucho tiempo a informar al pueblo, para que no se deje engañar.
gas/lma
