Según esa entidad, las tropas de Kiev usaron proyectiles calibre 122 milímetro, considerado arma pesada y prohibido por los acuerdos de Minsk de septiembre de 2014 y febrero de 2015, para una solución política del conflicto interno en Ucrania. Desde mediados de este mes el Gobierno ucraniano aumentó los bombardeos con artillería pesada contra ciudades y asentamientos en la región rebelde de Donbass.
Tal situación provocó la evacuación hacia Rusia hasta el momento de más de 120 mil personas, según el Ministerio de Emergencias de Moscú. Pero se prevé que puede el aumentar el número de refugiados con la intensificación de los combates en los últimos días.
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero una operación militar en la región autónoma ucraniana de Donbass, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con esos líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado, afirmó que el objetivo de la operación es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
Los ataques están dirigidos a infraestructuras militares, instalaciones de defensa aérea, aeródromos y la aviación militares con armamento de alta precisión, según el Ministerio de Defensa ruso. Subrayó que la población civil de Ucrania no está amenazada.
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