La iniciativa sumó a las 12 escuelas de samba del Grupo Especial de Río de Janeiro que anualmente se dan cita en el sambódromo de Sapucaí y, esta vez, solo participaron 150 integrantes en representación de los miles que acostumbran presentarse por cada formación.
En el caso del público, que agotó rápidamente las entradas, debió portar un comprobante de vacunación antiCovid-19 para acceder a la popular Cidade do Samba, en la cual se preparan las coreografías, trajes y gigantescas carrozas que distinguen a la fiesta más representativa de Brasil.
Considerado como abrebocas para el carnaval fijado en abril, el evento abrió con los ‘blocos’ o comparsas de Cacique de Ramos y Bola Preta, que precedieron a percusionistas, bailarines y músicos de las escuelas, en tanto suelen reunir centenas de miles de personas durante los cinco días de la mega celebración.
Recientemente, el gigante sudamericano arribó al segundo aniversario del primer caso confirmado de Covid-19, con acumulados de víctimas que mantienen al país en el tercer puesto mundial, de acuerdo con fuentes oficiales.
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