En una sesión informativa este domingo, detalló que las tropas rusas derribaron ocho aviones de combate, siete helicópteros y 11 vehículos aéreos no tripulados (drones) y dos misiles tácticos Tochka-U.
Además, fueron impactados por el fuego ruso 23 puntos de control y nodos de comunicación, tres puestos de radar, 31 sistemas de defensa aérea S-300, Buk M-1 y Osa, 48 estaciones de radar.
Konashénkov señaló que resultaron inutilizados 223 tanques y otros vehículos blindados de combate, 28 aviones (en tierra), 39 lanzacohetes múltiples, 86 cañones de artillería de campaña y morteros y 143 unidades de vehículos militares especiales.
Explicó que en las últimas 24 horas las unidades militares rusas bloquearon las urbes ucranianas de Jersón y Berdiansk, además de que tomaron el control de la ciudad de Gueníchesk y el aeródromo de Chernobáyevka.
Según el mayor general ruso, los militares ucranianos se niegan en masa a continuar las operaciones de combate.
En tal sentido, señaló que el regimiento 302 de misiles antiaéreos de las Fuerzas Armadas de Ucrania, equipado con sistemas de defensa antiaérea Buk M-1, depuso de manera voluntaria las armas y se rindió el sábado en la región de Járkov.
“Un total de 471 militares ucranianos fueron detenidos. Todos los militares ucranianos se tratan con respeto y reciben asistencia”, subrayó el vocero militar ruso. Precisó que esos soldados serán devueltos a sus familias una vez que se tramite la documentación.
Rusia lanzó el pasado 24 de febrero una operación militar en la región autónoma ucraniana de Donbass, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), reconocidas por Moscú, solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado, afirmó que el objetivo de la operación es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
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