Padecimos golpes, torturas, persecuciones, muertes y desapariciones, sobrevivimos al terrorismo de Estado, cargamos el dolor de la guerra por Malvinas, sufrimos desastres económicos, una y otra vez, fuimos capaces de ponernos de pie, exaltó el mandatario.
Ahora, dijo, el destino nos enfrenta a un futuro que debemos construir como sociedad. De nosotros depende como edificar ese mañana más próspero.
En su discurso ante el recinto parlamentario, Fernández también se refirió al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y pidió un minuto de silencio por las muertes de esa guerra y por los que fallecieron por la Covid-19.
Vemos con pesar que tanto dolor y muerte no han logrado conmover la ética de los poderosos, que encerrados en la lógica de un capitalismo financiero que busca perfecccionar su renta, solo logran profundizar la desigualdad, lamentó, tras deplorar que «el fantasma de una guerra vuelva a levantarse».
En ese sentido, el mandatario sostuvo que si el mundo no comprende que este es el momento que debemos darle una oportunidad a la paz y construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los desposeídos, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos.
Por otro lado, el presidente se mostró convencido que Argentina está viviendo un momento verdaderamente histórico, un tiempo bisagra a partir del cual, dijo, podemos construir el país que nos merecemos.
Hemos atravesado uno de lo momentos más graves de nuestra historia. Tal vez tengamos hoy la oportunidad de integrar un sendero de desarrollo integral, convirtiendonos en artífices de nuestros futuro, lo atravesamos encontrando coincidencias y diferencias.
Si en esa diversidad podemos afianzar algunos pilares básicos, será un camino seguro con logros paulatinos y continuos, acotó Fernández.
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