Otras variedades ornitológicas corren peligro de extinción debido a las presiones resultantes de la acción humana, agregó la directora del Instituto Nacional de Biodiversidad y Conservación (INBC), Albertina Nzuzi, en entrevista con el Jornal de Angola.
A juicio de la especialista, la explotación insostenible o descontrolada de recursos naturales explica la situación reinante, sobre todo por la tala de árboles y la matanza indiscriminada de animales.
Hay una débil recuperación de especies de la fauna y esto se verifica fundamentalmente en animales de gran tamaño como los elefantes, los hipopótamos y los cocodrilos, indicó.
Las causas de algunos conflictos, opinó, pueden estar asociadas a los altos índices de pobreza y desempleo en la población, la poca conciencia ambiental, la presencia de especies invasoras, y los escasos recursos humanos, técnicos y financieros disponibles para enfrentar los desafíos de la conservación y la inspección.
Mientras más especies amenazadas hay, mayor es el riesgo que sufre el medio ambiente, al reducirse la calidad de recursos vitales, entre ellos, el agua, la tierra fértil y el aire limpio, recordó.
Actualmente, informó, los riesgos fundamentales recaen sobre especies protegidas de gran tamaño y con el mayor valor económico por sus componentes, como el elefante, el loro gris y el chimpancé.
La matanza indiscriminada de animales salvajes ocurre todos los días; los ejemplares sacrificados se pueden encontrar en los mercados o en la vía pública, donde comercializan su carne fresca, seca o ahumada, señaló.
En números no podemos cuantificar el fenómeno, respondió, pero “sí decir que la situación es preocupante».
Con el crecimiento de la población y el desarrollo de la difusión tecnológica industrial, los problemas ambientales son cada vez más evidentes y a ello se unen problemas de vieja data como la quema de florestas para la agricultura de subsistencia, refirió.
La extracción de carbón vegetal y la producción de madera para uso comercial y doméstico, abundó, también han contribuido al deterioro de los bosques.
Como promedio anual, Angola pierde alrededor de 106 mil hectáreas de forestas naturales y 370 hectáreas de plantaciones, para una tasa de deforestación de alrededor de 0,20 a 0,25 por ciento, indicó.
Según apreció, el Ejecutivo aprobó una estrategia y un plan de acción nacional para el período 2019-2025, a fin de orientar las acciones para la conservación, preservación, protección y restauración de la biodiversidad.
Además, elaboró la Lista Roja de Especies de Angola, que incluye tres especies desaparecidas, 29 amenazadas de extinción, 100 vulnerables y 18 invasoras.
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