“La situación en Ucrania es tensa y los refugiados están creciendo en gran número. Haremos los preparativos para hacer frente a esta situación lo antes posible”, recalcó el jefe del gobierno japonés.
La medida beneficiará en primer lugar a las personas con familiares o amigos dentro de la nación asiática, aunque luego podría extenderse a otras sin vínculos afectivos con japoneses dada “la grave situación humanitaria”, precisó Kishida en conferencia de prensa.
Japón mantiene estrictos controles fronterizos para frenar la propagación de la Covid-19 y solo cinco mil extranjeros no residentes pueden acceder diariamente a su territorio, pero los ucranianos no contarán en el límite establecido.
“Deseamos mostrar nuestra solidaridad con el pueblo de Ucrania”, destacó la víspera Kishida, poco después de conversar con su homólogo polaco, Mateusz Morawiecki, sobre la crisis en el país de Europa del este.
El reciente anuncio de Tokio difiere de su habitual práctica en temas de inmigración, caracterizada por la poca aceptación de refugiados.
En 2020 el gobierno solo permitió la entrada de 47 personas bajo ese estatus de las casi cuatro mil solicitantes, reseñó el periódico Japan Today.
El conflicto bélico en Ucrania comenzó el pasado 24 de febrero, cuando Rusia lanzó una operación militar especial en la región del Donbáss para proteger a las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk de los ataques de Kiev.
La ofensiva del Kremlin busca también desmilitarizar a Ucrania para garantizar su seguridad nacional, frente a la amenaza que representa la política belicista de la Organización del Tratado del Atlántico Norte y su proyectado expansionismo hacia el este.
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