El fallo de este jueves se refiere al caso de Abu Zubaydah, quien fue hecho prisionero en 2002 por sospechas de pertenecer a la red Al Qaeda y ahora intentó utilizar a dos excontratistas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) como testigos de su tortura en un centro de detención clandestino en Polonia.
Aunque la investigación de Zubaydah se basa en lo que supuestamente le sucedió antes de que lo llevaran a Guantánamo en 2006, es una muestra de las acciones de la CIA en esos lugares, que se conocen como sitios negros.
El acusado fue sumergido, metido en una caja pequeña, golpeado contra las paredes y privado del sueño durante días, de acuerdo con un informe del Senado que confirmó el uso de esas técnicas en 2014.
A pesar de las atrocidades relatadas, los jueces se dividieron 6 a 3 y abogaron por mantener en secreto la información.
La Corte no apoya el terrorismo ni la tortura, pero en este caso tenemos que responder a una pregunta limitada respecto a la existencia o no de una prisión de la CIA en Polonia y si esto constituye un secreto de Estado.
Según la máxima instancia judicial estadounidense, confirmar públicamente la existencia de un sitio de ese tipo puede disuadir a los servicios de inteligencia de otros países de cooperar en el futuro.
El juez Stephen G. Breyer admitió que la ubicación del centro clandestino fue rreconocida por un tribunal internacional y un expresidente de Polonia, sin embargo, consideró que la confirmación oficial por parte del gobierno estadounidense era un asunto diferente.
Si bien la Corte rechazó la petición de Zubaydah para evitar confirmar la existencia de un centro de torturas en Polonia, es públicamente conocido que en el enclave militar ubicado en el oriente de Cuba, ocupado en contra de la voluntad del pueblo y el gobierno de la isla, se comenten abusos contra los reos.
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