Las familias migrantes fueron separadas entre hombres y mujeres con niños, mientras que hombres solos y menores no acompañados formaron otros dos grupos, para ser llevados todos ellos a diferentes centros de alojamiento en varios autobuses.
La policía mantuvo a la prensa alejada durante el desalojo y a voluntarios que prestan asistencia a los migrantes que viven en las calles de París.
“Unas 300 personas, entre familias y menores no acompañados, vivían allí desde el 14 de febrero”, en tiendas de campaña cubiertas con láminas de plástico o mantas, según declaró Pierre Mathurin, responsable parisino de la asociación humanitaria Utopía56.
El pasado diciembre ya fueron evacuadas del mismo túnel 237 personas, la mayor parte de ellas procedentes de África, y semanas antes una importante manifestación de vecinos y de activistas exigieron a las autoridades un plan de acogida para los migrantes.
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