El primer ministro Li Keqiang dijo ante la plenaria anual de la Asamblea Popular Nacional (Parlamento) que ese nivel de expansión está a tono con la recuperación del país y sus planes de garantizar la estabilidad económica frente a los desafíos internos y externos.
El año pasado China fijó por encima de los seis puntos su auge del PIB. Sin embargo lo cerró con 8,1 por ciento, principalmente, gracias al repunte de las exportaciones en medio de la pandemia de la Covid-19.
Pero ahora el mandatario citó entre las principales presiones durante 2022 a una caída de la demanda, las perturbaciones en las cadenas de suministros y las débiles expectativas de crecimiento porque el mundo sigue bajo el azote de la pandemia de Covid-19 y como añadido está el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Por otro lado, Li indicó que el gigante asiático intensificará la política fiscal proactiva y mantendrá una monetaria prudente, donde la tasa de cambio del yuan (la divisa nacional) continuará estable, a un nivel adaptable y sostenible.
El déficit fiscal rondará el 2,8 por ciento lo que supone una reducción frente al objetivo del 3,2 puntos marcado para el año pasado y el 3,6 de 2020.
China recortará los impuestos y combatirá la evasión fiscal, la inflación de los precios al consumidor seguirá sobre los tres puntos porcentuales, en las áreas urbanas creará 11 millones de puestos de trabajo y mantendrá la tasa de desempleo en esas zona por debajo del 5,5 por ciento.
Al mismo tiempo, habrá más incremento de los ingresos a nivel nacional en aras de aumentar la capacidad de consumo y fortalecer el mercado interno, pero ello estará acompañado de una ofensiva antimonopolio y a favor de la justa competencia.
Frente a los desafíos demográficos, China implementará acciones de incentivo a la política del tercer hijo para incrementar los necesarios nacimientos y al unísono tomará medidas a fin de optimizar los servicios de atención a la vejez, pues supera los 264 millones de personas mayores de 60 años.
El mandatario ratificó el compromiso de proceder con proyectos que ayuden a alcanzar el pico de emisiones de carbono en 2030 y la neutralidad del gas para 2060.
Entre otras cuestiones, mencionó los planes de atraer el comercio e inversión extranjera, aprovechar al máximo los recursos y potencial de los mercados doméstico e internacional, profundizar el desarrollo de alto estándar mediante más innovación científico-tecnológico y perfeccionar las industrias.
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