Esa urbe, capital de la central provincia de Hubei, tiene a punto la construcción de un tren suspendido monorriel que incluirá entre tres y cinco vagones, con una medida de 11 metros de largo por 2,4 de ancho.
El vehículo incorporó la tecnología de levitación magnética y mecanismos amigables con el medioambiente, podrá mover hasta 400 personas y transitará a una velocidad de 70 kilómetros por hora.
Sus desarrolladores esperan el ingreso este año al servicio comercial y citan entre las ventajas al poco espacio que ocupa así como su factibilidad para los lugares periféricos y sitios turísticos de grandes metrópolis con mucho tráfico.
Ello convierte a China en el tercer país del mundo con un sistema como ese, después de Alemania y Japón.
También en el terreno ferroviario, Wuhan introdujo el primer tren monorraíl completamente autónomo del gigante asiático que transita por puentes elevados, su diseño reduce la congestión y se alimenta de combustibles verdes.
Igualmente, es pionera al disponer de una flota completa de autobuses para rutas regionales que funcionan con hidrógeno.
Las baterías propulsadas con ese químico solo emiten agua a la atmósfera, pueden recargarse en solo cinco minutos y cubrir un recorrido de 300 kilómetros por hora.
Esos y otros avances contribuyeron a que Wuhan quedara en 2021 entre las 10 ciudades más innovadoras de China, en el listado del Instituto nacional de Ciencia y Tecnología de la Información.
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