En las calles árabes aumentan al paso de los días las críticas por la inmediatez con que se actuó en el primer caso, sin escuchar los argumentos de Moscú, mientras se ignoran desde hace décadas las violaciones cometidas por Tel Aviv.
La prensa regional destaca como ejemplo el boicot a los deportistas rusos por parte del Comité Olímpico Internacional y de varias federaciones, lo cual contrasta con las amenazas de esas mismas instituciones a quienes rechacen competir con israelíes.
“Qué política tan sucia (…) cuando la ocupación (Israel) estaba cometiendo masacres contra nuestra gente en Palestina y bombardeando casas, nos dijeron: No mezclen política con deportes”, criticó en Twitter el comentarista omaní de Bein Sports Khalil Al Balushi.
“La decisión (de la FIFA) de impedir que los clubes y equipos rusos participen en todos los torneos debe ir acompañada de la prohibición de participación de clubes y equipos afiliados a la entidad sionista (Israel), porque lleva años matando a niños y mujeres en Palestina”, escribió el exfutbolista egipcio y también comentarista deportivo Mohamed Aboutrika.
La rápida activación de la Corte Internacional de La Haya y del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la acogida en masas de cientos de miles de refugiados ucranianos y los ataques a minorías cuando intentan escapar de ese país son acciones que dan más combustible a quienes denuncian la hipocresía occidental.
Palestina enfrenta una guerra feroz en el Consejo de Derechos Humanos por parte de Estados Unidos y algunos países europeos para evitar la discusión de los crímenes israelíes, afirmó el canciller Riyad Malki.
En declaraciones a la radioemisora La Voz de Palestina, el ministro de Relaciones Exteriores criticó “el trato de Washington y sus aliados hacia el tema palestino en comparación con otros temas”.
Sin mencionar al conflicto en Ucrania, el portavoz del movimiento gubernamental Fatah y miembro de su Consejo Revolucionario, Osama al Qawasmi, preguntó si “la sangre palestina para algunas personas es de segunda clase”.
Israel impone al pueblo palestino un sistema de Apartheid y sin embargo, no escuchamos condena o rechazo del mundo y sus instituciones ante estos crímenes, subrayó hace unos días en un comunicado.
Por su parte, Hussain Al-Sheikh, miembro del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina, afirmó que “cuando el color, la religión y la raza se convierten en una identidad, se pierden los valores, la moral y la humanidad, y cuando se abusa de la legitimidad internacional en dos sentidos, se pierde la justicia”
También el presidente del Tribunal Supremo palestino, Mahmoud al Habbash, condenó «el silencio de la comunidad internacional sobre las violaciones de la ocupación israelí de los derechos humanos palestinos, y el levantamiento de esta sociedad contra las violaciones a los derechos humanos en otras regiones del mundo».
Durante el sermón del viernes, al Habbash criticó como se aplica la legitimidad internacional según la religión, el color, el género o la geografía.
Fuera de Palestina también se escuchan voces muy críticas, como la del jefe del Partido Socialista Progresista de Líbano, Walid Jumblatt, la escritora jordana Rula Samain o la también periodista libanesa Magda Abu-Fadil.
“¿Cuándo se impondrán sanciones a Israel por ocupar Palestina, con la misma rapidez con la que se impusieron a Rusia?”, se preguntó Jumblatt en Twitter.
En esta región, sus habitantes miran con lupa cada acción de Occidente relativa al conflicto en Ucrania y el uso sin precedente de medidas contra Rusia mientras rechaza cualquier reclamo para sancionar a Tel Aviv.
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