El portavoz de esa cartera, mayor general Ígor Konashénkov, informó que entre las infraestructuras afectadas se registran 87 puestos de mando y centros de comunicación, 124 sistemas de misiles antiaéreos S-300, Buk-M1 y Osa, así como 79 estaciones de radar.
Indicó que también fueron inhabilitados 866 tanques y otros vehículos blindados de combate, 91 lanzacohetes múltiples, 317 cañones de artillería de campaña y morteros, 634 unidades de vehículos militares especiales, así como 81 drones.
Señaló que en las últimas horas las fuerzas de la autoproclamada República Popular de Lugansk (RPL) avanzaron nueve kilómetros y liberaron ocho localidades; mientras las milicias de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD) establecieron el control sobre el barrio de Osoaviajim, en la ciudad de Mariúpol.
Konashénkov advirtió que este martes se estableció un régimen de cese el fuego a partir de las 10:00, hora local, y se abrieron corredores humanitarios desde Kiev, Chernígov, Sumy, Járkov y Mariúpol con el fin de evacuar de manera segura a los civiles de esas ciudades.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de RPD y RPL le solicitaran ayuda para repeler la agresión de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en un discurso televisado para informar sobre el inicio de la operación, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio por parte de Kiev durante los últimos ocho años y “desmilitarizar” Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa, no están dirigidos a la población ni las ciudades ucranianas, sino contra objetivos e infraestructuras militares.
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