En declaraciones a la prensa, ambas intérpretes, desde sus incipientes carreras artísticas, enfatizaron en que se mantienen enfocadas en su preparación, a contrapelo de las arremetidas mediáticas enemigas que han intentado boicotear ese jubileo.
Desde el Iris Jazz Club, sitio emblemático para el auge de ese género en la urbe, las jóvenes declararon su pasión por la música cubana, la cual tiene enorme prestigio internacional.
Ellas coincidieron en valorar la notable oportunidad que significa el certamen para el aprendizaje y el crecimiento en sus respectivos empeños musicales, además de la posibilidad del intercambio con otros talentosos cantantes del país y el acercamiento a la cultura italiana.
Lage, con la cercana asesoría de su madre, compositora de temas que ella cantó desde niña, reconoce también el acompañamiento del guitarrista Gabino Jardines, un respaldo instrumental indispensable en el quehacer de insignes solistas santiagueras a lo largo de décadas.
La también pianista elogió al sistema nacional en enseñanza artística, de la cual ella es fruto, tras su paso por la Escuela Vocacional de Arte y el Conservatorio Esteban Salas, donde pulió sus aptitudes naturales, al igual que lo hizo durante una licenciatura en la Universidad de Oriente.
Perteneciente al catálogo de la Empresa provincial de la Música y los Espectáculos Miguel Matamoros, expresó su opinión relacionada con la necesidad de una academia para la música popular en Cuba porque el énfasis en las escuelas se pone principalmente en la clásica.
Giselle y Rosalía son exponentes de la condición de ciudad creativa en la música que esta urbe exhibe orgullosamente tras el otorgamiento por la Unesco en noviembre último.
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