No es un número, representa algo más interesante, advirtieron algunos expertos, mientras otros coincidieron en señalar primero a la decimosexta letra del alfabeto griego (π).
Significa la proporción que guarda la longitud de la circunferencia con su diámetro, siempre lo mismo sin importar lo grande o lo pequeña que sea, agregó la literatura.
La geometría asentada por el matemático griego Euclides de Alejandría (325-265 antes de Cristo) certificó que por dos puntos pasa una única recta y el valor constante de Pi resulta tan especial como para ser irracional.
Sus valores pueden usarse iguales a un generador de números aleatorios y deviene posibilidad para la búsqueda entre ellos de cualquier sucesión de cifras, destacaron los entendidos.
Sin embargo, por sobre todas las propiedades de Pi lo más importante es que se convirtió en una fuente de inspiración y objetivo del trabajo de muchas personas.
El físico, ingeniero, astrónomo y matemático griego Arquímedes de Siracusa (287-212 antes de Cristo) diseñó un método para acotar el valor de esta curiosa constante.
Más acá, uno de los precursores de la informática moderna, el británico Alan Turing, en 1936 calificó a Pi de computable, cuando existe un algoritmo que permite aproximar su valor con una cantidad de cifras decimales predeterminadas.
El profesor estadounidense de física Rhett Alain la consideró asombrosa, pues “aparece de manera natural allá donde menos lo esperamos”.
Ejemplificó con la estimación por Sistema de Posicionamiento Global o el movimiento del péndulo de un reloj de pared.
A iniciativa del también físico Larry Shaw, de San Francisco, California, la Cámara de Representantes de Estados Unidos declaró oficialmente en 2009 el 14 de marzo como Día Nacional de Pi, algo que se extendió.
Profesores de varias escuelas organizaron fiestas y reuniones para discutir y comentar sobre la importancia de Pi en sus vidas, intercambiar anécdotas o teorizar cómo sería el planeta sin el conocimiento de la constante.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, gracias a una propuesta realizada, decidió el pasado 2019 festejar en esta fecha anualmente el Día Internacional de las Matemáticas.
La oportunidad quedó servida en aras de desarrollar programas y actividades que realcen la enseñanza y el papel de tales ciencias.
La estudiante canadiense Yulija Nesterova propuso como tema para el 2022 Las matemáticas que unen, en tanto constituyen un lenguaje común y contribuyen a la creación de vínculos sin importar la geografía, el género o la religión.
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