“Basta con ver lo que está pasando en Donbass”, dijo el mandatario la víspera, en referencia a los enfrentamientos de los batallones nacionalistas contra las milicias de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk y los ataques de las fuerzas armadas ucranianas contra la región.
Putin ha denunciado además como en estos años la población de esos territorios del este de Ucrania sufrieron persecusión, asesinatos de sus líderes, además de medidas en contra del uso del idioma ruso y de fomentar las relaciones con este país.
Durante una reunión por videoconferencia sobre el desarrollo socioeconómico de Crimea y Sebastopol, el mandatario recordó que en febrero y marzo de 2014 sus residentes se enfrentaron a “los neonazis y otros radicales que perpetraron el golpe de Estado en Kiev”.
En el contexto de la crisis política y de un cambio de poder violento en Ucrania, el 11 de marzo de ese año el Consejo Supremo de Crimea y el Ayuntamiento de Sebastopol aprobaron una declaración de independencia de la península.
Cinco días después se celebró un referendo en el que participó más del 80 por ciento de los votantes, del más del 50 por ciento requerido para que se considerara válido el escrutinio.
Las boletas se imprimieron en los idiomas ruso, ucraniano y tártaro de Crimea. Más de 50 observadores de 21 países, entre ellos Israel, Francia e Italia, supervisaron la votación.
Los resultados arrojaron que el 96,77 por ciento de los participantes de la República de Crimea y el 95,6 por ciento de Sebastopol votaron por la reunificación con Rusia.
El 18 de marzo de 2014, el presidente Putin firmó el Tratado de Admisión de la República de Crimea a Rusia y de Formación de Nuevos Sujetos dentro de la Federación, mientras el 21 de marzo, el documento fue ratificado por la Asamblea Federal (Parlamento) de Rusia.
Sin embargo, el Gobierno de Ucrania sigue considerando a Crimea parte de su territorio, ocupado temporalmente, por lo que la península se ha convertido en fuente de conflicto constante entre Kiev y Moscú durante estos ocho años.
Tal posición es respaldada desde 2014 por la Unión Europea (UE) y Estados Unidos que no reconocen su independencia ni la reunificación, decisión que respaldaron con la aprobación de paquetes de sanciones económicas contra Rusia.
La UE aplicó dos rondas de medidas contra Moscú en julio y septiembre de 2014, que se han venido extendiendo desde entonces, las cuales abarcan los sectores financiero, de energía y de defensa, así como los artículos de doble uso.
En respuesta, Moscú embargó importaciones agroalimentarias provenientes de esos países, lista negra que se mantiene e incluye los cárnicos, lácteos, pescados, mariscos, frutas, verduras y frutos secos.
Las autoridades rusas alegaron en reiteradas ocasiones que los habitantes de Crimea, de manera democrática, en pleno cumplimiento del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, votaron a favor de la reunificación con Rusia.
En este momento, el tema del reconocimiento de Crimea como parte de Rusia, aparece entre las condiciones que exige Moscú a Kiev para la solución del conflicto bilateral y el cese de la operación militar iniciada el pasado 24 de febrero.
oda/mml
