La principal organización agraria de este país examinó información del Centro Nacional de Datos Climáticos que registra las temperaturas mundiales desde 1880 y mostró que el pasado año detectó que ese parámetro combinado de la tierra y la superficie de los océanos fue 0,84 grados superior a la media del siglo XX.
Comentó que en Italia el invierno fue particularmente seco con un tercio menos de lluvia y registró una temperatura media superior a los 0,49 grados con una anomalía de casi un grado (+0,97 grados) en las regiones del norte, acompañada de una sequía muy grave con precipitaciones reducidas prácticamente a la mitad.
A partir de datos del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y el Clima del Centro Nacional de Investigaciones (Cnr-Isac), Coldiretti subrayó que el calor fuera de temporada trastornó por completo los ciclos normales de cultivo y por ende las ofertas estacionales de los productos agrícolas.
También precisó que el invierno dejó seco el norte de Italia con un déficit hídrico agravado en febrero y un recorte de precipitaciones desde un 87 por ciento menos en la región de Piamonte, hasta un 52 por ciento en Véneto.
Mencionó, entre otros, que la sequía en el valle del Po, la llanura Padana, al norte del país, amenaza en más del 30 por ciento de la producción agrícola nacional, incluyendo tomate, frutas, verduras y trigo, y a la mitad de la ganadería.
Para Coldiretti la situación confirma que la sequía constituye la calamidad más importante para la agricultura italiana con un daño medio estimado de mil millones de euros al año, especialmente para la cantidad y calidad de las cosechas.
Recordó que esa institución, junto a la Asociación Nacional de Consorcios de Protección y Manejo de Tierras y Aguas en Riego, propuso un proyecto para ser incluido en el Plan Nacional de Restauración y Resiliencia, dirigido a ahorrar agua, aumentar la capacidad de riego y la disponibilidad de alimentos para las familias ante largos períodos de ausencia de agua.
El proyecto, detalló Coldiretti, prevé la construcción de una red de pequeños embalses de bajo impacto paisajístico y repartidos por todo el territorio, favoreciendo la terminación y recuperación de estructuras existentes y proyectos ya iniciados.
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