Citado por la agencia de noticias Wafa, Hussein alertó que la situación puede desembocar en un estallido, en especial a partir del inicio del Ramadán, el mes sagrado para ese credo, que comienza a principios de abril.
Durante el Ramadán se espera que miles de fieles visiten la mezquita de Al-Aqsa, en el interior de la explanada.
El gobierno israelí “será responsable de todas las consecuencias de sus horribles decisiones que aumentan y alimentan el odio y la hostilidad en la región”, subrayó.
El ministro israelí de Seguridad Pública, Omer Bar Lev, anunció esta semana que los colonos judíos tendrán la libertad para entrar a la zona, lo cual durante años fue prohibido cuando comenzaba el Ramadán.
El sitio sagrado es venerado tanto por musulmanes, que lo llaman Explanada de las Mezquitas, como por judíos, quienes lo conocen como el Monte del Templo.
Para los primeros porque en su interior está la Mezquita de Al Aqsa, mientras para los segundos porque allí se construyeron sus dos templos bíblicos.
Según los acuerdos alcanzados hace décadas, a los judíos solo se les permite visitar el área con numerosas condiciones, pero no rezar.
El gobierno palestino de forma sistemática denuncia los planes de Tel Aviv para judaizar la zona este de la ciudad, donde está ubicado ese recinto religioso, mediante la construcción y ampliación de las colonias y la expulsión de las familias palestinas. jf/rob