Agregó que tal problema está derivado del conflicto como consecuencia de la proximidad de la eurozona a Rusia y su dependencia del gas y petróleo de ese país.
Otro elemento ubicado por la ejecutiva está en las presiones inflacionistas, pues la guerra también plantea riesgos significativos para el crecimiento.
En un discurso pronunciado en Chipre, la presidenta del BCE reconoció que Europa entra en una fase difícil, cuando a corto plazo deberá enfrentarse a una mayor inflación y un crecimiento más lento en un contexto de incertidumbre. Lagarde explicó que la situación bélica provocará que los precios de la energía se mantengan altos durante más tiempo, mientras es probable aumente también la presión sobre la inflación de los alimentos.
Para compensar los efectos a corto plazo del aumento de los precios de la energía y las sanciones, Lagarde defendió la variedad de las herramientas de las políticas fiscales nacionales, como recortes de impuestos y subsidios, además de la flexibilización de reglas.
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