Pires funge actualmente como director fundador del Centro Brasileño de Infraestructura, consultora que asegura ser una de las 100 más influyentes del país en el sector energético y una referencia en el de las infraestructuras.
Su nombramiento ocurrió oficialmente el 28 de marzo, cuando el Ministerio de Minas y Energía divulgó una nota indicando a Pires para la cabeza de la compañía de economía mixta.
Pero en un documento fechado tres días después, el subprocurador general del Ministerio Público en el Tribunal de Cuentas Federal, Lucas Rocha, pidió a la Contraloría General de la Unión que investigara un conflicto de intereses en la designación de Pires por su larga y relevante labor en el sector privado.
En el texto, también cuestionó las pruebas de injerencia de Bolsonaro en Petrobras.
«Si el presidente de la República pretende, con el cambio de dirección de la empresa estatal, modificar esta política de precios, se configura una clara ofensa a lo dispuesto en la Ley del Estatuto antes señalada», indicó.
Lo que está, añadió, «expresamente prohibido al accionista mayoritario, en este caso, el sindicato, por la exclusiva voluntad del gobernante de la nación».
Rocha alertó que la primera situación indeseable contraria a la legislación puede calificarse de intervención directa en la empresa.
Bolsonaro es «candidato a la reelección, teniendo la certeza de que el aumento constante de los precios de los derivados del petróleo -como viene ocurriendo recientemente- no favorece los buenos índices de popularidad del gobernante que ocupa momentáneamente el Palacio Presidencial», subrayó.
En el momento en que se indicó a Pires, la cartera de Minas y Energía también nombró a Rodolfo Landim como presidente del consejo.
Landim, quien es titular del club de fútbol Flamengo, envió el sábado una nota al ministro Bento Albuquerque (Minas y Energía) agradeciendo la demostración de confianza, pero declinando la invitación.
Explicó que el compromiso con Flamengo se convirtió en una prioridad en su vida profesional.
Tras una serie de aumentos en el valor de los carburantes, Bolsonaro decidió el 28 de marzo cambiar el mando de Petrobras y destituir al general Joaquim Silva e Luna.
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