El informe de la OMC señala también como causas los confinamientos impuestos en China para controlar los brotes de la enfermedad, y sobre todo las sanciones de Occidente contra Rusia, a la cual acusa del referido conflicto bélico.
Señalaron que estos son los principales focos de preocupación desde el punto de vista comercial expuesto por la entidad en la presentación de sus estadísticas y proyecciones para este y el próximo año.
De acuerdo a los cálculos de los analistas de la OMC, el volumen del comercio de mercancías crecerá tres por ciento en 2022 (frente al 4,7 que se proyectó antes), y 3,4 por ciento en 2023, en medio de un deterioro no sólo del comercio, sino también de la producción industrial.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, declaró que dada la situación tan cambiante calculan que el crecimiento del volumen del comercio de mercancías podría ser de tan solo el 0,5 por ciento, o alcanzar el 5,5 por ciento.
De esa manera, ven la amplia evidencia de la incertidumbre en estos momentos.
Sobre el Producto Interno Bruto (PIB) mundial se anuncia un aumento del 2,8 por ciento este año, la mitad del crecimiento que se experimentó en 2021 (5,7), mientras para 2023 se estima sea del 3,2 de mantenerse similaes condiciones geopolíticas.
Según la evaluación de la OMC, el efecto más inmediato de la guerra en la economía fue un repunte considerable de los precios de los alimentos, de la energía, de los fertilizantes y de algunos minerales importantes de los que Ucrania y Rusia son proveedores esenciales.
La pandemia ya había puesto los precios de la energía y los alimentos por encima de los promedios históricos, lo que afectó más a los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos.
Para el caso, esos precios aumentaron una media del 20 por ciento el año pasado o 120 mil millones de dólares.
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