Según el reporte diario del portavoz del ente castrense, mayor general Ígor Konashénkov, la cifra incluyó la eliminación de nueve puestos de mando, 101 fortificaciones, 548 zonas de concentración de efectivos y medios de fuego, 110 posiciones de artillería y un depósito de municiones.
Indicó que, en particular, la aviación impactó en 48 instalaciones militares de ese país, entre ellos una estación de radar, dos posiciones de lanzamisiles múltiples y una batería de artillería, seis almacenes de misiles y armas de artillería, además de 48 hangares con equipos militares.
Informó también que durante la madrugada otros 134 efectivos de la 36 Brigada de Marines ucranianos se rindieron de manera voluntaria en la ciudad de Mariúpol, cifra que ascendió a mil 160 en las últimas 24 horas, entre ellos 176 oficiales.
La víspera, la cartera de Defensa rusa advirtió que sus Fuerzas Armadas lanzarán ataques contra puestos de mando militares, incluso en Kiev, si las tropas enemigas realizan nuevas incursiones contra regiones fronterizas de la nación euroasiática.
“Esto es algo que nuestro Ejército se ha abstenido de hacer hasta ahora”, subrayó el mayor general Konashénkov.
Rusia inició el pasado 24 de febrero una operación militar en Ucrania, luego que las autoridades de las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk le solicitaran ayuda para repeler el aumento de la agresión y los intensos bombardeos por parte de Kiev.
Antes, Moscú reconoció la independencia y soberanía de ambos territorios y firmó tratados de amistad, cooperación y asistencia mutua con sus líderes, los cuales incluyeron el establecimiento de relaciones diplomáticas y la ayuda militar.
En su discurso para informar sobre el comienzo del operativo, el presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó que el objetivo es proteger a la población de Donbass de los abusos y el genocidio de Kiev durante los últimos ocho años, además de “desmilitarizar” y “desnazificar” Ucrania.
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