Estamos tomando esa decisión ahora, dijo el mandatario a los periodistas poco antes de subir al Air Force One camino a Carolina del Norte.
Anteriormente, una fuente familiarizada con el asunto transmitió a medios como la cadena CNN que entre las propuestas para ir a Kiev están el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el secretario de Estado, Antony Blinken.
El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, descartó el lunes que Biden fuera personalmente a visitar el país europeo, a donde llegó el primer ministro británico, Boris Jhonson, el fin de semana pasado para reunirse con el presidente ucraniano, Vladimir Zelensky.
La secretaria de prensa del ejecutivo norteamericano, Jen Psaki, señaló que lo más importante es la transferencia de armamento, lo cual ha sido constante desde el comienzo de la guerra.
La entrega de esos y otros equipamientos a Kiev podría prolongar y profundizar el conflicto en el país europeo, de acuerdo con un análisis reciente de la revista CovertAction.
El gobierno estadounidense aprobó la víspera, tras una conversación telefónica entre Biden y Zelensky, un nuevo paquete de respaldo militar a Kiev de 800 millones de dólares.
La nueva partida eleva el total de ayuda a Ucrania desde el inicio de la operación militar rusa a más de dos mil 500 millones de dólares e incluye 500 misiles antitanque Javelin, 10 radares, 200 vehículos blindados de transporte de personal, entre otros artefactos.
El Pentágono anunció que le proporcionará también a los ucranianos 11 helicópteros Mi-17, 300 drones Switchblade, 18 obuses y equipo para protegerse contra ataques químicos.
Observadores consideran que la administración Biden debería dejar de enfocarse en Europa e intentar resolver la crisis económica y la inflación que sacuden a su propio país y afectan su índice de popularidad pocos meses antes de las elecciones legislativas de mitad de mandato.
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