Según Nawrocki, existen seis decenas de municipios polacos en los cuales esos símbolos serán eliminados, y comenzarán por las provincias de Gran Polonia y Silesia, destacó este jueves la radio nacional.
Ante la posibilidad de que las autoridades locales rechacen la retirada de este tipo de elementos, Nawrocki reiteró que, en virtud de la legalidad vigente, la eliminación de los mismos es responsabilidad de todos los gobiernos locales.
Nawrocki reconoció que puede haber localidades donde no se avance en este sentido.
En caso de que algún gobierno local no esté por la labor de retirar la simbología soviética, el director del Instituto de la Memoria Nacional apuntó que visitará dichos lugares para que las autoridades intenten convencerle.
El funcionario se refirió al carro de combate T-34, de fabricación soviética a mediados del siglo pasado, presente en la ciudad costera de Gdansk y que las autoridades de dicha localidad aprobaron se mantenga como monumento en la vía pública.
Nawrocki admitió que el tanque es, precisamente, un claro ejemplo de la «complejidad» del asunto de la memoria histórica, pues existen organizaciones de veteranos de guerra que defienden siga instalado en las calles de la ciudad.
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