Según Biden, quien lleva una racha de malas notas en las encuestas, el índice de 3,6 por ciento en el desempleo “no fue un accidente: fue el resultado directo de mi plan económico para hacer crecer la economía de abajo a arriba y de dentro hacia afuera».
En un comunicado, el mandatario señaló que «queda trabajo por hacer», pero se auto felicitó por «lo lejos y lo rápido» que ha llegado su administración en ese acápite.
La tasa del tercer mes del año es la más baja desde el inicio de la pandemia de Covid-19 en 2020 y dos décimas que la registrada en febrero, de acuerdo con un informe de la Oficina de Estadísticas Laborales.
Sin embargo, los estadounidenses están preocupados por la elevada inflación en el país, que en marzo se situó en el 8,5 por ciento, la más alta desde 1981.
El fenómeno lo impulsaron, en particular, la subida de precios de la energía, alimentos y vivienda.
Biden quiere mejorar la imagen y desvincular su gestión del tema inflacionario, que le causará sobresaltos de aquí a las elecciones de mitad de mandato de noviembre, cuando los demócratas buscarán retener su amenazado control en el Congreso.
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