Según el diario Global Times, analistas indicaron que ese grupo constituye el 14 por ciento de los mil 412,6 millones de habitantes del gigante asiático y el acelerado ritmo de envejecimiento podría dejar en este 2022 más muertes que nacimientos.
Al remarcar el impacto en el desarrollo socioeconómico, los entendidos explicaron que en 2020 había casi seis jóvenes para garantizar el sustento de un anciano, pero en 2050 ese índice podría descender a 1,3.
También insistieron en mejorar el sistema de seguridad social por considerarlo inadecuado, desequilibrado y con problemas para incluir a toda la población rural.
Aunque China todavía es la nación más poblada del mundo, el año pasado solo sumó 480 millones de ciudadanos en su parte continental, nacieron 10,62 millones de bebés, hubo 10,14 millones de defunciones y cinco millones de mujeres menos en edad fértil.
Esas cifras encendieron las alarmas porque evidencian el acercamiento del país al declive demográfico y, en un esfuerzo por revertir la situación, el Gobierno relajó más su política de planificación familiar y ahora permite a las parejas tener hasta un tercer hijo.
El Estado anunció medidas económicas y de bienestar social para incentivar los nacimientos, dejó de aplicar multas a quienes traigan al mundo más descendientes de los permitidos y no tendrá en cuenta la prole para dar acceso a vivienda, inscripción escolar o solicitud de empleo.
Además, prometió mejorar y bajar el costo de los servicios públicos vinculados a la educación de los niños y el cuidado de los ancianos, reforzar la reproducción asistida, la atención pre y posnatal, y el seguimiento a las gestantes.
mgt/ymr