Con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) emprende el Minag en estos momentos la tarea Resiliencia Climática en los Ecosistemas Agrícolas de Cuba (IRES).
El comunicado oficial especifica que ese plan lleva el financiamiento del Fondo Verde para el Clima del organismo internacional mencionado.
Se trata de avanzar en la rehabilitación de paisajes productivos de siete municipios vulnerables al cambio climático, con acciones como el desbroce de 184 hectáreas de tierra invadidas por marabú (arbusto con ramas espinosas).
Tales trabajos buscan establecer seis módulos agroforestales y silvopastoriles (integración de árboles y forraje) con impactos en la producción de alimentos.
El informe resume los resultados tras un año de implementación de la iniciativa, difundido durante un encuentro de su Comité Directivo Nacional, especifica el mensaje.
Señalan que el proyecto (siete años de duración) sienta las bases para avanzar en su objetivo de incrementar los paisajes productivos.
IRES capacitó a tres mil 643 personas, en particular 654 directivos, técnicos y actores directos pertenecientes a 71 instituciones nacionales, en temas como resiliencia, comunicación inclusiva, salvaguardas ambientales e igualdad de género.
También se beneficiaron 18 Fincas Escuelas, identificadas para la capacitación de productores para el intercambio de experiencias y la divulgación de mejores prácticas agro-productivas del proyecto, que favorece a 51 mil 98 agricultores familiares.
El coordinador nacional del proyecto Wilfredo Aregui, reseñó que otro de los resultados más importantes fue la creación de un Grupo de Expertos para el diseño del Fondo de Paisajes Resilientes.
Dicho Fondo proporcionará recursos financieros a productores y unidades productivas para motivar la adopción de prácticas y tecnologías de producción que mejoren el paisaje.
La iniciativa busca reducir la vulnerabilidad climática en las localidades de Los Arabos en la provincia de Matanzas, Santo Domingo, Quemado de Güines y Corralillo en Villa Clara, y Jobabo, Amancio Rodríguez y Colombia en Las Tunas.
Los directivos esperan entre sus resultados la rehabilitación de 15 mil 544 hectáreas (ha) de tierras hoy cubiertas de marabú, con un impacto directo en la reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2) derivadas del uso de la tierra.
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