Otra vez el Frente engaña a la comunidad internacional. Los reportes de su retirada son falsos y pretenden culpar a las autoridades federales de obstruir la asistencia humanitaria en la región, declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Dina Mufti.
“Al contrario, está movilizando una gran cantidad de combatientes en las áreas adyacentes a las regiones de Afar y Amhara para librar otra guerra devastadora”, aseguró, y de esa manera reiteró una comunicación emitida por el Servicio de Comunicación Gubernamental.
Según manifestó, “el gobierno está al tanto de las alevosas intenciones del TPLF (siglas en inglés) de lanzar otra ronda de ataques, si no se cumplen todas sus demandas y basada en una narrativa inventada”.
Mientras están en curso grandes esfuerzos para poner fin a la guerra, restaurar la paz y favorecer el acceso humanitario sin obstáculos, el plan de ese grupo para lanzar ataques es alarmante, comentó el vocero.
También criticó la carta abierta que la organización tigriña envió el 21 de abril último al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, e instó a la comunidad internacional “a comprender la beligerancia del TPLF que socava la actual iniciativa de paz en el país”.
“Si la comunidad internacional está realmente preocupada por los derechos humanos de los ciudadanos del norte etíope, debe presionar para que esa junta terrorista deponga las armas y abandone de inmediato los territorios invadidos”, subrayó.
Mufti, además, dijo que los proyectos de leyes denominados HR.3199 y HR.6600, promovidos en Estados Unidos para aplicar sanciones contra Etiopía, “son una paradoja porque el gobierno está haciendo todo lo posible para lograr la paz, incluida la declaración de una tregua humanitaria sin trabas”.
Son medidas, con el objetivo de presionar para terminar la guerra, que ponen en peligro la vida de los etíopes y no promueven la paz, el desarrollo y la democracia en el país. El gobierno norteamericano las debe descartar, aseveró.
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