El mandatario estuvo a 94 minutos de que el Congreso pueda declarar la vacancia de la presidencia por abandono del cargo.
Castillo participó en Ecuador en una cumbre binacional sobre cooperación e integración, para lo cual recibió permiso congresal para ausentarse solo hasta ayer.
Pero el mal tiempo impidió que retorne por vía aérea y no regresar a tiempo, pues la carta magna dispone que el mandatario debe ser vacado si no regresa en el plazo establecido.
Ante tamaño riesgo, Castillo decidió retornar por vía terrestre y cruzó la frontera a las 22:37 y evitó que el Legislativo opositor lo destituya sin lugar a reclamo.
La vacancia tuvo protagonismo también con la sorpresiva presentación por un grupo de legisladores del cogobernante Partido Perú Libre (PPL) de un proyecto de acortamiento del mandato de Castillo y de la vicepresidenta, Dina Boliarte, y de los integrantes del Congreso, de cinco años a solo dos.
El PPL ha rechazado la vacancia y cualquier otro intento de cesar a Castillo, quien tiene nueve meses en el cargo y en crisis por el asedio político y mediático y por errores y falencias propias.
Al día siguiente varios de los firmantes, incluyendo el vocero (líder) de la bancada del PPL, Waldemar Cerrón, retiraron sus rúbricas y este argumentó que la propuesta solo había sido presentada para conocer las reacciones que generaría.
Y esas reacciones fueron de discreto silencio de los grupos de extrema derecha, donde una de sus exponentes, la legisladora Patricia Juárez, había anunciado antes que estaba en marcha un proyecto de reducción del mandato de Castillo sin tocar al Congreso.
Los partidos de centro, en general, manifestaron a su vez una aceptación poco entusiasta, casi entre dientes a lo que se resume en la consigna “que se vayan todos”.
Solo la legisladora Susel Paredes anunció que retomará el proyecto retirado, una salida que, según encuestas, tiene un apoyo de más de 80 por ciento de respaldo ciudadano.
La presidenta del Congreso, Maricarmen Alva, quien suele coincidir con la derecha extrema, declaró que si para el retiro de Castillo fuera necesario que también los parlamentarios se vayan, “no hay problema, nos vamos todos”.
Dejó sin embargo abierta la posibilidad de seguir intentando que solo se vaya a Castillo, pese a que el Legislativo concentra la mayor impopularidad, por su desprestigio.
El proyecto desató comentarios y especulaciones, entre ellos el del analista conservador Enrique Castillo, para quien el proyecto tendría el objetivo de mostrar que el PPL y el Gobierno podrían aceptar la fórmula de acortamiento pero el que se opone es el Parlamento.
El mismo comentarista señala que el proyecto presentado el jueves último podría articularse con el reagrupamiento de la izquierda en torno al proyecto gubernamental de un referendo sobre la pertinencia de una asamblea constituyente, que invoca uno de los reclamos de recientes protestas sociales.
La propuesta generó una desmesurado rechazo político, empresarial y mediático que busca matarla en la cuna y no acepta siquiera la posibilidad de discutir la idea de reemplazar la constitución neoliberal de hace tres décadas.
Esa actitud llegó al extremo que la mesa directiva congresal prohibió la realización en un auditorio del Legislativo, de un foro organizado por el PPL, que ha denunciado el hecho como dictatorial y antidemocrático.
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